Según la última edición del Informe Global de Energía de la Agencia Internacional de Energía, la demanda mundial de energía aumentó un 2,2% el año pasado, cifra casi duplica el incremento anual promedio que fue del 1,3% entre 2013 y 2023.
El principal motor fueron los países en desarrollo, que implicaron el 80% de la demanda incremental. China, a pesar de registrar un crecimiento más lento de su economía y de los requerimientos energéticos, demandó casi 3% más.
Incluso las economías avanzadas volvieron a crecer, con una suba de su demanda de energía de casi 1%.
La avidez del combustible abre nuevas posibilidades para la producción doméstica
Según consigna el informe, el grueso fue satisfecho con nueva energía proveniente de fuentes renovables o nucleares. Pero éstas estuvieron, inmediatamente secundadas por el gas, que experimentó “el mayor aumento de la demanda entre los combustibles fósiles.”
Los datos relevados por la AIE entre países de la OCDE y fuera de esta organización, muestran que la demanda de gas se incrementó en 115 mil millones de metros cúbicos, contra un promedio de alrededor de 75 millones anuales durante la última década.
El cuadro descripto por este reciente informe consolida a este hidrocarburo como el combustible fósil más requerido y apropiado para la transición energética.