Con los costos operativos y carga impositiva actual, la explotación convencional tiene márgenes de rentabilidad casi nulos o negativos, lo que desalienta inversiones necesarias para sostener la producción.
La combinación de un lifting cost de entre 34 y 45 dólares el barril y un precio de venta que se redujo 10 dólares en el último año configura una ecuación muy ajustada o negativa, precisada en un análisis de la Cámara (link al pie).
Esta situación impulsa el declino de las cuencas maduras con el consiguiente aumento de sus costos operativos unitarios, alimentando un círculo vicioso que pone en riesgo la explotación de los yacimientos activos en este segmento y no anima la apertura de nuevos
pozos.
A pesar del esfuerzo realizado por las operadoras que siguen apostando a la actividad, el capital destinado a la producción de petróleo y gas no convencional se redujo desde el 2015 un 4% anual y las inversiones totales pasaron de representar del 64% al 27%.
Esa merma no quita el lugar protagónico que esta clase de hidrocarburos tienen en la matriz energética local. El 46% de del petróleo y el 37% del gas producidos en el 2024 fueron convencionales y las exportaciones de crudo explicaron en ese ejercicio 1.900 millones de dólares sobre un total de 5.473 millones.
La industria trabaja con la Nación y las provincias productoras en acuerdos para mejorar la competitividad de las áreas.
La caída de la producción convencional no sólo compromete el superávit de la balanza comercial del sector. También amenaza complicar el abastecimiento de las refinerías que requieren crudo pesado para la producción de combustibles y puede afectar la provisión de gas en las zonas de alta demanda, ya que todavía no existe infraestructura suficiente para reemplazar el producto de las cuencas más australes por el no convencional, que se genera prioritariamente en Vaca Muerta.
Es imprescindible diseñar un régimen legal específico que impulse el desarrollo de la actividad, moderando sus costos crecientes con la eliminación de impuestos distorsivos, alivianando la carga que implica el pago de regalías y cánones e incluyendo un nuevo régimen laboral y de capacitación, para adaptar el empleo a una nueva realidad.
Texto completo del informe "Régimen de reactivación de la producción convencional"